lunes, 16 de septiembre de 2013

Pantaloncito blanco


Reposando de la labor diaria
sobre otras ropas colegas
en solemne huelga
sobre el tendedero de plástico
que forma en el living,
entre las hojas de Nietzsche y Poe,
un puente elevadizo
con aroma a Ariel líquido,
me mira su pantaloncito blanco
recordándome que no está.
“Acordate de cómo camina”,
me dice el perverso,
“acordate de cómo camina cuando está apurada”.
Parece que me sonriera
con su cremallera de oreja a oreja
ese Mefisto de algodón
y hasta simula inflarse con sorna
para falsear su hermoso
y hoy ausente
trasero emblemático.
“Miralo, gilún”
añade viperino,
“Pensá cuando lo tenés en tus manos”.
Oh, mequetrefe Made in China
o donde quiera que sea
con humos de escapulario
te cortaría en pedacitos
si no fueras tan compacto
si no dejaras tal agraciado espectáculo
cuando ella te lleva, sí,
apurada
en las galas de entrecasa.
Oh, dulce prenda por mi mal hallada
en mi muerte conjurada,
decía uno.
Menos mal que vuelve en dos días.
Allí se acabarán las diatribas
nos veremos cara a cara.
A la medianoche en punto,
sotreta,
andá buscando padrinos.


©Pequod

No hay comentarios:

Publicar un comentario